Julio Ricardo Cruz

Sus primeros pasos sobre el pasto verde de un campo de juego, no se dieron de manera convencional a los de otros futbolistas.

Comenzó en el Club Atlético Banfield, y compartía todas las mañanas con el plantel de fútbol que entrenaba en la cancha. Pero él recién ingresaba a ella cuando el equipo regresaba a los vestuarios después de finalizar su práctica habitual.

Era ese momento indicado para que Julio Cruz  subiera a su tractor y se pasee por toda la superficie del campo para recortar el ya largo césped. Así es… trabajaba en Banfield como Jardinero, profesión que luego se convertirá en el apodo que lo identificará en su carrera de futbolista profesional.    

 

Durante una de las jornadas de entrenamiento del plantel de Primera de Banfield, el entrenador Oscar López, necesitaba a una persona extra para suplir la función de “Sparring”. Ante la emergencia, le solicitó  al jardinero que se uniera al grupo. Así,  Julio Cruz, pudo demostrar  que en pocos minutos demostró  -con los pantalones cortos y los botines puestos- que poseía condiciones similares a la de cualquier  futbolista profesional.  Tal vez por su altura, fue ubicado como centrodelantero. Y esa intuición habrá dado resultados ya que fue incorporado dentro del plantel.

 

Su debut no tardo en llegar, el  13 de Marzo de 1994, Julio Cruz  cuando el Taladro empató con Huracán 3 a 3, y logró llegar a la titularidad durante la campaña 94/95 convirtiendo 6 goles.      

                                                                                                                                                    

Su imagen como delantero fue progresando, hasta llegar a captar la atención de otro gran  delantero que ya había colgado los botines  y que debutaba como Director Técnico… Ramón Ángel Díaz. Es por ello que el Jardinero llegaba a River, como una de las incorporaciones más enigmáticas del pelado Díaz para reemplazar nada más y nada menos que a Hernán Crespo. River obtuvo el Apertura de 1996, y sumado el torneo Clausura 1997 convirtió 18 goles. Con la banda siempre ingresaba entre los primeros 11 titulares, a pesar de que los hinchas ya empezaban a sentir cariño por el Chileno Marcelo Salas, cada vez más solicitado cada ver que el DT ya pensaba en una posible sustitución mientras transcurría el partido.           

                                                                                                                                                               

La vidriera de jugadores que representa River ante los mercados europeos de jugadores, se demostró bajo el interés concreto del Feyenoord de Rotterdam tasado en 4.750.000 de dólares. En la Liga Holandesa,  el jardinero cosechó grandes éxitos y se consolidó como un delantero de vital importancia dentro del país de la naranja mecánica. En su primera campaña, 1997-1998, marcó 14 goles para el Feyenoord, y en la temporada 1998-1999 gritó otros 15 goles, consiguiendo  la Eredivisie (el campeonato de la Liga Holandesa) y la Supercopa de Holanda.                                   

Estos logros también sedujeron al siempre cuestionado entrenador de la selección, que en aquel entonces era Daniel Alberto Passarella. Entre los escándalos que protagonizó  del DT apodado “El Kaiser”, se destaca  aquella declaración donde expresaba la dificultad de disputar partidos de eliminatorias en países donde hay  grandes niveles de altura en relación al nivel del mar, porque los jugadores “perdían el aire”, y porque “La pelota no dobla” (refiriéndose a que el esférico perdía la capacidad de lograr el efecto deseado luego de ser pateado).  El 2 de abril de 1997, Julio Cruz  fue uno de los protagonistas que sufrió las consecuencias de este escándalo, cuando fue  implicado personalmente  como instrumento victimario,   para que el seleccionado argentino ganara en los tribunales un partido de eliminatorias que había perdido contra el seleccionado Boliviano en la altura de La Paz.        

                                                                                                                                                                       

Durante  ese partido, el jardinero  recibió un puñetazo de un auxiliar boliviano y fue retirado en camilla. En el vestuario lo cortaron intencionalmente y los fotógrafos retrataron su cara ensangrentada. Los responsables de esa mentirosa herida creían que  no existía alguna imagen  capturada  de la agresión, primer error. El segundo fue que el tajo lo realizaron  en el pómulo opuesto al afectado. A pesar de que este episodio fue rápidamente olvidado por los hinchas argentinos, quedó grabada en la historia de los medios la frase de Julio Cruz,  que quedó registrada en algún grabador de periodista: 

 

"La herida del partido contra Bolivia me cicatrizó perfecto. Ya no tengo nada". (29 de noviembre de 1997).

 

Sin embargo este no sería su final vistiendo la celeste y blanca. Fue convocado en varias ocasiones más durante la campaña de Marcelo Bielsa, aunque quedó excluido de las listas  que integraban a los jugadores en los Mundiales de Francia 98 y de Japón – Corea 2002. Sin embargo pudo hacer su debut en Alemania 2006, cuando nadie esperaba que  José Pekerman lo incluyera  dentro de los 23 jugadores,  como potencial reemplazo de Hernán Crespo.  

 

La carrera Profesional de Cruz, continúa en Europa. En el año 2000 fue trasferido al Bologna. En  sus primeros pasos dentro de  tan duro Calcio italiano, sus estadísticas no resaltaron como las anteriores, pero fue suficiente como para que el club humilde puede mantenerse dentro de la Serie A, y para que uno de los grandes como el Inter pensara en él como una posible variante para reemplazar a grandes delanteros como Martins y Adriano. Con el tiempo, el jardinero demostró que cada ver que le daban una oportunidad en cancha, el aprovechaba para convertir los goles que su equipo tanto necesitaba. Así fue como en su estadía en Milan viene cosechando nada menos que Inter dos Copas de Italia, en 2005, 2006, una Supercopa de Italia en el 2005, y dos scudettos (campeonatos de liga) 2006 y 2007.                       

                                                                                                                                

La historia de este jardinero, devenido en jugador por obra y gracia de la fortuna de las circunstancias, aún mantiene algunas páginas en blanco para seguir escribiendo. A pesar de sus cosechas logradas en cada equipo, hay algo que siempre caracterizó particularmente   a este jugador.  Nunca pudo  sensibilizar emotivamente al público argentino,  que siempre lo observó  con una  indiferencia notoria. Tal vez, su  falta de carisma frente a las cámaras y sus inexpresivas posturas lo llevaron a la poca simpatía que tienen los hinchas por él que además nunca lo pidieron  ni presionaron para  que lo incluyeran en la selección.      

Algunos Videos de Julio Cruz:

Video 1

Video 2

Video 3

 

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